Sois muchos quienes habéis leído el post que escribí sobre alergias a raíz de un susto que nos dio mi hijo pequeño de 3 años. Ese tipo de susto que una familia de alérgico no quiere tener nunca. Ese tipo de susto en el que de pronto te ves con una inyección de adrenalina en la mano. Ese tipo de susto que te hace pensar que puede pasar lo peor, aunque en ese momento guardes la calma y mediques a tu hijo con pulso firme porque en ello le va la vida.
Desde entonces, hoy justo hace una semana, me han venido a la cabeza muchas situaciones vividas y también otras muchas frases que me han dicho, a mí, a una madre de multialérgicos. Y que no tendría por qué haberlas oído nunca. Bastante tenemos con lidiar con las alergias a diario de nuestros hijos como para tener que preocuparnos de la gente que anda suelta por ahí sin empatía ninguna. Te espetan frases que duelen, pero con las que tienes que aprender a convivir.
Son frases que ahora escuchas tú, pero que temes que algún día, quizás demasiado pronto, puedan empezar a escuchar tus hijos. Y ellos serán niños pero no son tontos, comprenderán muy bien el mensaje… Y yo no quiero eso para mis hijos.
Hoy, he decidido escribir tres ejemplos de lo que me he encontrado por ahí mientras me paseo de la mano con las alergias de mis hijos. Quizás alguien pueda pensar que soy una exagerada después de leerlas, quizás no.
Aquí las dejo para que podáis juzgar por vosotros mismos. Os recuerdo que estas las he escuchado yo y he intentado ser totalmente fiel a la realidad -con pelín de reconstrucción que mi memoria no da para transcribir palabra por palabra lo que me dijeron-.
Dirección de un colegio público: “Nosotros no damos medicación a ningún niño/a porque no estamos obligados por ley; si tu hijo tiene una reacción de anafilaxia, nos limitaremos a llamar al 112 y que actúen ellos.” Como la frase delataba un gran desconocimiento de lo que es una reacción anafiláctica, decidí ser más concreta y directísima preguntándole un “¿aunque sepa que el niño puede morirse en sus brazos?
Y lo que recibí por contestación me dejó aún más perpleja, indignada y triste…
“Sí, aunque se muera” (nota: y esto sí que es literal, literal)
Madre de un compañero de clase ante la prohibición de llevar plátano al aula para no poner en peligro la vida de mi hijo: “Pues me parece fatal que prohiban el plátano, que le sienten aparte o que le lleven donde se lo tengan que llevar. ¿Por qué se va a tener que quedar mi hija sin plátano? además, con lo práctico que es…”
Establecimiento donde se celebran fiestas de cumpleaños (donde mi hijo consumió un menú apto para él): “Su hijo no tiene detallito porque no ha consumido el menú cumpleaños que lo incluye”.
Os podría contar algunas más. Pero, como estoy totalmente segura de que vosotros/as también habréis sufrido en vuestras carnes alguna frase con la que habéis tenido que contener la mala leche y tragar saliva, os dejo aquí un espacio para que os desahoguéis.
Soy toda ojos. Esperando estoy leer vuestros comentarios.
Miriam.
19 de noviembre de 2013 en 20:28
Primero decirte que en el cole estan muy pero que muy equivocados, y realmente si teniendo un expediente médico del niño y la inyección en su poder estarían cometiendo un delito de omisión de deber de socorro. Y a las madres varias ya me gustaría a mi verlas en tu pellejo y ver lo histéricas que estarían. Nosotros que sólo padecemos una intolerancia ya es un buen quebradero de cabeza y aun así agradezco que no sea alergico.
Maria
20 de noviembre de 2013 en 14:17
De momento tan duras no las he tenido que escuchar…aunque como se que pasa, algún dia nos tocará. Estoy de acuerdo con el comentario anterior, habla con el inspector de zona, puede que te eche un cable con la adrenalina.
Elvira
20 de noviembre de 2013 en 17:24
Hola, soy de de una provincia de Perú, y bueno aquí les voy con mi experiencia: En una reunión de padres en el colegio de mi hijo mayor, la maestra exigía que enviemos loncheras nutritivas q incluya de todas maneras un vaso de leche, porque dizque es lo máximo en nutrientes. En fin, yo le argumenté que mi hijo era intolerante a la lactosa (pues el mayor es intolerante y el menor de mis hijos es APLV), y la maestra muy suelta de huesos me dijo:”Elvira, talves él es así porque tú lo cuidas demasiado, ya exageras, si lo dejaras un poquito te darías cuenta que se va a poner mas fuerte”. Y las madres la apoyaron. Yo me quedé helada. Si una maestra no comprende que puedo esperar del resto. Así que decidí cuidar y proteger a mis hijos con garras y dientes aunque me digan lo que me digan y piensen lo que piensen. Es mo coraza. No hay opción cuando se trata de la salud de nuestros amados hijos. gracias.
Marta
21 de noviembre de 2013 en 15:52
Buff, pelos de punta. Qué lamentable situación… Si ya dejas a los niños en el cole con el corazón en un puño porque no sabes si recibirás una llamada alertándote de alguna emergencia, ¿cómo les vas a dejar tú que ya sabes que su profesora ni siquiera comprende lo grave de la situación? Sin palabras…
Sandra
2 de diciembre de 2013 en 19:08
Dios, me dejas helada, pero que clase de respuestas son esas….
y la verdad que te entiendo, que ha veces te dicen las cosas, y y yo lo reconozco, no reacciono como debería cuando me dicen algo. Luego una vez pasa un rato me quedo diciendo que tenia que haber contestado y no quedarme callada y me siento mal, lloro y pienso que por que nos ha tenido que pasar.
Pero luego veo a mi hija tan feliz con las cosas que le gustan y que tampoco se queja.
Hace poco escribí en la pagina de Silvia en “mi menú sin leche” y estas son las frases con las que por ahora me he encontrado. Os lo pego.
“Mi nena tiene 30 meses y desde los 6 meses supimos su alergia a la leche.
Posteriormente también a la clara de huevo. Y en mi caso he tenido que aguantar comentarios sobre todo de la familia. De la mía me defiendo y por que están más cerca y van viendo los problemas que hay, pero la de mi marido, es que nos han llegado a decir “…bueno por llevar trazas no pasa nada, que exagerada, si me dices que es un vaso de leche… que vaya tomando trazas para que así el cuerpo se vaya habituando y vaya creando sus defensas”… Yo me quedo alucinada de cuanta gente sabe de medicina sin sacarse la carrera.
He de decir que por ahora, la niña que está en la guardería llevan muy a rajatabla el tema de las alergias, Sólo tuvimos un incidente por freír el pescado donde habían frito las croquetas. Inmediatamente nos llamaron por que la niña se puso roja, por que su alergia por ahora es de contacto, ya que nunca ha ingerido los alimentos, pero si que nos preocupa el año que viene que ya va a colegio de mayores.
Tomo mi animo!!!
Rocio
8 de enero de 2014 en 18:32
Hola a tod@s, hoy os escribo con el fin de ver si alguien puede ayudarme.
Mi hijo Marcos tiene 3 años, está en el cole ya y es alérgico a la leche y al huevo.Cuando empezó el colegio tuve una odisea con su profesora, no porque ella no lo entendiera, sino todo lo contrario, un exceso de preocupación y un miedo atroz a que él se ponga malo en clase.
Hablé con ella para que le diese la medicación prescrita por su alergóloga en caso de una reacción alérgica y en principio no hubo problema, la directora del colegio me dijo que tendría que llevarles una fotocopia del informe de su especialista y un papel con mi nombre, DNI,etc, diciendo que yo me responsabilizo de todo y eximo al colegio y al profesorado en caso de que al suministrarle la medicación le diese una reacción a ella.
Hasta ahí todo bien, pero hoy me ha llamado su profesora para que mañana me reúna con el director médico del centro, que le ha dicho a la profesora que ella no tiene que darle ninguna medicación al niño, eso lo entiendo… pero el problema es que yo vivo a 10 minutos del colegio, aunque esté cerca relativamente, son 10 minutos en coche y ya sabemos que si el niño sufre una reacción alérgica es cuestión de muy poquito tiempo para actuar, yo no les he pedido nada salvo que le den sus tres cc de Polaramine nada más comenzar los síntomas y que me llamen para que yo lleve a mi hijo al hospital.
Creo que no es mucho pedir, pero fijaos en la rabia y la impotencia, además de frustración que siento hoy al pensar en que ni tan siquiera por razones de humanidad le quiere dar un medicamento que para ellos, es vital de administrar en el momento la reacción.Y ese hombre ha estudiado medicina?,¿su vocación es salvar vidas, o cobrar un abultado sueldo a final de mes?.
Bueno rabia aparte, mi pregunta es que si alguien conoce alguna ley o algo a lo que agarrarme para mañana poder hablar con este facultativo y así conseguir que le administre el polaramine para poder frenar un poquito la reacción, que no le sirve de mucho pero para aguantarlo el tiempo justo de que yo llegue, eso suponiendo que esté en casa, ¿ y si estoy de compras fuera y por cualquier circunstancia no escucho el teléfono y mientras me localizan,llego o no a mi hijo le ha dado un shock anafiláctico? entonces ¿ qué debo hacer?, por fAVOR, ESTOY DESESPERADA y asqueada ante la falta de empatía de un hombre , cuya profesión es la medicina.
¿No hacen un juramento o algo así para ejercer la medicina? no
lo sé , ayudádme , por favor os lo ruego
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María (mami de bebé multialérgico, leche,huevo,soja,trigo,gluten y muchas cosas más que acabo antes si enumero a las que no es alérgico)
13 de mayo de 2016 en 15:44
Creo que si no se lo administran se les podría demandar por omisión del deber de socorro. Se les puede decir incluso que en caso de morir el niño serían culpables de homicidio imprudente, se tirarían unos años en la carcel vamos!! Sea como sea serían responsables de los daños que sufra el niño por haberle retrasado la medicación, y más habiéndoles avisado y teniendo la posibilidad de dársela. Tendrían que pagar una indemnización o incluso podrían incurrir en un delito penado con la cárcel. Yo te recomiendo que hables con un abogado y que el abogado se lo explique a ellos. Espero que se solucione y que jamás tengas que encontrarte ente encuentres en esa situación. Un abrazo!
camino
14 de enero de 2014 en 12:46
Que identificada me siento contigo!!
El comentario más cruel que he tenido que oír sobre las alergias de mi hijo fue de una incompetente directora de una guardería pública a la que asistió mi hijo con dos años.
Tras una grave reacción con huevo por su falta de atención, cuando le pedí explicaciones, me dijo que debería llevarme a mi hijo de la guardería porque “existen centros para niños especiales como este” (señalandolo).
Cada día de mi vida le deseo lo peor a esa inútil.